miércoles, 16 de julio de 2014

¿Qué tipo de alimento, orgánico o transgénico, puede resolver los problemas económicos que se enfrentan en la actualidad?


Hoy en día, se vive una controversia entre alimentos transgénicos y alimentos orgánicos. Nos preguntamos cuáles son mejores y por qué son mejores. Pero aún más importante que estas preguntas son los problemas económicos y sociales derivados de dicha incompatibilidad entre posturas. La hambruna existe en todo el mundo, la escasez de alimentos azota a la población mundial e incluso los precios de los alimentos afectan a consumidores y productores. Estos problemas afectan nuestra vida diaria e incluso pone en peligro nuestro futuro. Necesitamos una solución para todos estos problemas. Los alimentos transgénicos tienen la capacidad de erradicar por completo estos problemas, en cambio, los alimentos orgánicos pueden crear beneficios a largo plazo pero el efecto de corto plazo contrarresta y absorbe dicho beneficio.

El siguiente trabajo tratará de explicar por qué la plantación de alimentos transgénicos puede ayudar al mundo ya que aumentan la capacidad productiva, incrementado recursos y sanando problemas sociales presentes en diferentes comunidades. Tomando diferentes estudios acerca de ambos tipos de alimentos, analizando ambas posturas y  comparando ventajas y desventajas de ambos alimentos, buscaré el mejor alimento para resolver los problemas antes mencionados. Estos problemas se reducen a ser económicos y sociales. Se parte de un supuesto de que no hay evidencia suficiente para clasificar cualquiera de estos alimentos como riesgosos para la salud. (Stewart 2000) De este modo, podremos enfocarnos sólo a resolver la problemática económica y social como la disminución de bienestar social, falta de precios competitivos, destrucción del ecosistema, escasez de alimentos y costos de producción.

Peter Atkins e Ian Bowler tocan algunos problemas relacionados con alimentos en su libro Food in society: economy, culture, geography. En él, dan una síntesis de lo que está pasando en el mundo como la evolución de los alimentos, la globalización y la industrialización de la agricultura. Mencionan el problema del rápido crecimiento de la población mundial y el estancamiento de la producción de alimentos. Destacan que la demanda de alimentos ya no puede ser satisfecha totalmente. También son mencionadas la politicas que se tienen respecto a los alimentos. Estas politicas son diferentes por cada región del mundo y usualmente regulan la calidad de los alimentos. Por último, los autores discuten las nuevas tendencias de consumo de alimentos. Casos como el vegetarismo o el frugivorismo  son explicados y analizan sus respectivas éticas de los alimentos.


Según la Organización Mundial de la Salud, un alimento u organismo transgénico incluye genes ajenos a éste insertados en su ADN por diferentes vías. Estos organismos usualmente contienen genes que les ayudan a protegerse y defenderse de ciertas enfermedades o plagas e incluso de ciertos pesticidas. Por el otro lado, la FAO sugiere que la definición de alimento orgánico puede ser distinta dependiendo el autor, pero la mayoría concuerda que, básicamente, es un organismo que crece con ayuda del ecosistema y nada más. Durante su producción carece de pesticidas y fertilizantes sintéticos y depende sólo del medio ambiente. (Food and Agriculture Organization 2013) En resumen, podemos decir que casi cualquier alimento que hoy consumimos es transgénico y muy pocos son orgánicos.

Para combatir el problema de la hambruna mundial, se han concluido varias soluciones pero creo que la más importante es aumentar la producción de alimentos para poder satisfacer la demanda. Este método generaría una mayor producción a gran escala y por lo tanto conseguiría un mayor beneficio en otros temas que a su vez dependen de la producción. (Atkins y Bowler 2001)
Para obtener una mayor oferta agregada de alimentos, nuestra mejor opción es impulsar los alimentos transgénicos ya que estos aumentan naturalmente la producción. (Atkins y Bowler 2001) (Dietmar Harhoff 2001) (Karlen DL 1995)

El cultivo de alimentos transgénicos da mucho más toneladas de alimentos que el de los alimentos orgánicos. En un estudio realizado entre dos de las cosechas más comunes, maíz y soya, se encontró que el maíz transgénico crecía a un ritmo igual que el orgánico pero al final de la cosecha sobrevivía más producto. (Pimentel D 2005) Gracias al aumento de producto, nuestra oferta aumenta y no sólo eso, cuando la oferta aumenta, los precios que el consumidor ve son menores sin afectar el excedente del productor. (Dietmar Harhoff 2001) Además, el cosechar alimentos transgénicos requiere de un menor nivel de capital humano (mano de obra) y en cambio utiliza más energía convencional (financiada por el capital monetario). Cuando se cultiva soya transgénica, se necesita menos tiempo al cuidado de ésta aunque también se necesita mayor inversión monetaria, en consecuencia,  el capital monetario tiene una productividad marginal mayor al capital humano, por lo que en nuestra función de producción, optimizamos al producir más usando menos capital humano. (Pimentel, Hepperly y James 2005)

Los precios que el maíz y la soya transgénica sacan al mercado son mucho menores gracias al proceso de producción con los que fueron cosechados, esto por consiguiente crea un mayor beneficio económico tanto para el productor como para el consumidor. (Bertramsen SK 2002)
Pero estas soluciones no vienen sin problemas, y algunos autores los han detectado y mencionado. Mencionaré algunos ejemplos y cómo podemos erradicarlo y así obtener una producción justa y benéfica.

El primer problema que surge es el costo oculto de producción en alimentos transgénicos. El costo de bienestar social puede ser equivalente a 45 billones de dólares sumando los costos de exceso de fertilizante, contaminación adicional del medio ambiente y erosión de suelos. (Pimentel D 2005) Este problema puede solucionarse fácilmente usando una técnica hibrida que deje reposar el suelo antes de volver a cosechar. Añadir componentes orgánicos antes de plantar los transgénicos ayuda a la nutrición del suelo. (Cook 1988, Hoitink et al. 1991)

El segundo problema que surge es que las investigaciones llevadas a cabo en Dakota del Sur muestran evidencias de que la producción de maíz orgánico es mayor al del transgénico. Esto a causa de la falta de nitrógeno y otros nutrientes en el suelo (Hanson et al. 1990). Esta falta de nutrientes podría sustituirse por un periodo de reposo más largo aunque puede que no sea necesario ya que el mismo estudio demostró que en el caso de la soya, y otros granos en general, la producción no aumenta ni disminuye. En el caso de que sea requerida la aportación extra de nutrientes, el abono orgánico mantiene nutrido el suelo. (Vasilikiotis 2000)

El tercer y más grande problema que señalaría es el precio de los alimentos. Para montar una granja de alimentos transgénicos se necesita una inversión inicial mucho más grande, esto eleva el riesgo de inversión. El riesgo de inversión aumenta de forma indirecta los precios y puede que después de todo no bajen los precios hacia el consumidor (Karlen et al. 1995). El riesgo de inversión debe de eliminarse haciendo políticas públicas que fomenten el crecimiento de estas granjas o faciliten los créditos agropecuarios. Los costos de producción que enfrentan los agricultores de alimentos orgánicos son mayores y sus precios superan en un 40 hasta en un 1400% más que el del alimento convencional. De este modo, aunque el precio de producción del alimento transgénico aumente, siempre será menor que el de producir alimentos orgánicos. (Dobbs 1998, Bertramsen and Dobbs 2002, New Farm Organization 2003).

Ambas posturas sobre la resolución de nuestro problema inicial han sido expuestas. Después de analizarlas, la solución es evidente. La solución radica en no tomar alguna de estas posturas radicalmente. No se puede plantar un solo tipo de alimento. La plantación de alimentos orgánicos tiene sus ventajas pero también sus fallas, al igual que los transgénicos. No hay que tomar estas dos posturas como sustitutas entre ellas, son posturas complementarias. Lo que carece el método de plantar alimentos orgánicos lo fortalecen los transgénicos. Sucede lo mismo inversamente. La mejor manera de aprovechar nuestros recursos y de resolver los problemas económicos y sociales actuales sería plantar alimentos transgénicos que involucren técnicas de cultivo propiamente orgánicas. Económicamente hablando del lado del productor, ambos alimentos generan los mismos resultados. Del lado del comprador el transgénico es más barato que el orgánico. No se ha podido comprobar la superioridad cualitativa en ninguno de los dos. Los alimentos transgénicos en su proceso de aumentar intensamente la producción de cosechas pueden dañar el medio ambiente y desnutrir la tierra. Por otro lado, los alimentos orgánicos crean inestabilidad en los precios de los alimentos. Regularmente son más caros y técnicamente similares al alimento convencional. La ventaja de los alimentos orgánicos es el cuidado que tienen del medio ambiente. Esta ventaja se puede implementar cambiando el modo de cosechar los alimentos transgénicos. Rotación en cosechas, cosechas híbridas y abono orgánico mantienen los nutrientes del suelo. Con esto, se vence la problemática que surge de ambas posturas y podría resolverse el problema de escasez de alimentos y la inestabilidad de precios causados por los alimentos transgénicos y orgánicos respectivamente.


Bibliografía
Atkins, Peter, y Ian Bowler. 2001. Food in society: economy, culture, geography. London: Hodder Education.
Bertramsen SK, Dobbs TL. 2002. «An update on prices of organic crops in comparison to conventional crops.» Economics Comentator.
Cook, RJ. 1988. «Biological Control and Holistic plant health-care in agriculture.» American Journal of Alternative Agriculture 51-62.
Dobbs, TL. 1998. «Price Premiums for organic crops.» Choices 13 39-41.
Food and Agriculture Organization. 2013. Statistics at FAO. Último acceso: 1 de Octubre de 2013. http://www.fao.org/statistics/en/.
Hanson, J.C., Johnson, D.M., Peters, S.E. 1981. «The profitability of sustainable agriculture on a representative grain farm in the mid-Atlantic region.» Northeastern Journal of Agricultural and Resource Economics 90-98.
Harhoff, Dietmar, Pierre Régibeau, Katherine Rockett, Monika Schnitzer, Bruno Jullien. 2001. «Some simple economics of GM Food.» Economic Policy 263-299.
Hoitink, H., Inbar, Y., Boehm, M. 1991. «Status of compost-amend potting mixes naturally suppressive to soilborne diseases of floricultural crops.» Plant Diseases 869-873.
Karlen DL, Duffy MD, Colvin TS. 1995. «Nutrient, labor, energy, and economicevaluations of two farming systems in Iowa.» Journal of production Agriculture 540-546.
New Farm Organization. 2003. The New Farm Organic Price Index. 26 de Abril. Último acceso: 01 de Noviembre de 2013. http://rodaleinstitute.org/.
Pimentel D, Hepperly P, Hanson J, Siedel R, Douds D. 2005. «Environmental, Energetic, and Economic Comparisons of Organic and Conventional Farming Systems.» Environmental Biology 573-582.
Pimentel, David, Paul Hepperly, y Hanson James. 2005. «Enviromental, energetic and economic comparisons of organic and conventional farming systems.» BioScience 573-582.
Stewart, C. Neal, Richards, Harold, Halfhill, Mathew. 2000. «Transgenic plants and biosafety: science, misconceptions and public perceptions.» Biotechniques 832-843.
Vasilikiotis, Christos. 2000. «Can organic farming "Feed the World"?» Berkeley University.


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